Unas 10 familias que vivían en la vivienda condenada 1010 de la calle 2 Arango, fueron reubicadas temporalmente en una carpa que trasladó la Gobernación de Colón, mientras se les construye un albergue.
Aunque en la casa condenada 1010 que fue demolida vivían unas 16 familias, otros buscaron ayuda temporal con sus familiares hasta tanto se les construya "una barraca".
Parte del inmueble se había desplomado en varias ocasiones y en la última vez el balcón cedió, por lo que las autoridades tomaron la decisión de evacuar a las familias por el temor de alguna tragedia.
Actualmente, esta carpa ha sido dividida en varios cuartos improvisados, donde resulta fácil que un vecino se vea con otro, sin existir una seguridad para sus pertenencias.
Sasha López, de 23 años, es una madre soltera con tres hijos y un sobrino, a quien al momento de la visita al primer cuarto de la carpa se podía observar cocinando una crema en el piso, algo peligroso si no se está pendiente de que los niños se acerquen.
Los más pequeños de este albergue sonríen sin malicia, porque les parece una aventura vivir en una carpa que asemeja la vida en los circos.
La mujer contó que cuando está lloviendo, el agua moja todo lo que está dentro del cuarto, además hay muchos mosquitos y el calor es insoportable.
El buhonero Miguel Ángel Quiñones, de 45 años, ha colocado piedras inmensas en las paredes plásticas para que no se mueva con la brisa.
Quiñones indicó que "cuando pega el sol no podemos estar aquí, esto es horrible. No hemos visto a nadie, ni representante, alcalde, ni ningún legislador, a nadie parece que no le importamos".
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