Lo querían vender, como si fuera un artículo cualquiera. Un par de jóvenes caminaban tranquilamente cargando un enorme lagarto por las calles de La Riviera en Pedregal.
Al parecer, ellos pretendían vender el reptil, pero un policía que manejaba su taxi en su día libre avisó lo que pasaba.
Los uniformados abordaron a los muchachos, les decomisaron el animal y procedieron a llamar a la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM).
Al llegar a la subestación de Pedregal, los funcionarios de la ANAM se llevaron el lagarto para soltarlo en las aguas del Lago Gatún.
Al que no le fue nada bien fue al camarógrafo José Casís, quien fue derribado por un coletazo del animal cuando intentaba filmarlo.
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