Con fiebre y el rostro afligido, encontramos al señor Ariel Poveda, una víctima más del SIRA.
Hace 10 meses que fue a atenderse a la Caja de Seguro Social (CSS) un simple resfriado y quedó sin sensibilidad en las piernas, náuseas e insuficiencia renal, a raíz de ingerir jarabe expectorante sin azúcar.
Su principal preocupación es que su salud cada día empeora y, debido a su condición, no puede trabajar.
Ha solicitado tres veces a la CSS que lo pensione; pero, debido a que no pagaba un seguro regularmente, le han negado esta posibilidad. Con esa pensión pretendía comprar sus medicamentos y aportar algo de dinero a su hogar.
Ariel Poveda es padre de Wilfred, de 14 años, quien se siente triste por la condición de su padre. Esto ha hecho que disminuya su rendimiento en la escuela.
En tanto, los jubilados esperan que se castigue a los SPI responsables de la represión del jueves pasado; de lo contrario, cerrarán calles.
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