Escuela Pedro Pablo Sánchez. (Foto: : Ilustrativa / EPASA)
Marlene González, Carolina Sánchez y Luis Ruiz
| DIAaDIA
Lauren Otero es estudiante de la escuela Pedro Pablo Sánchez. En una ocasión, no la dejaron entrar a un supermercado de La Chorrera, porque iba uniformada.
Esta situación se repite día a día y, por qué no, cada noche. En algún momento hemos visto que mientras las personas esperan en la fila para entrar a un establecimiento comercial, a algunas no lo dejan entrar. Pero no sólo se prohibe la entrada a centros nocturnos, sino que hasta de día a los supermercados.
El derecho de admisión es prácticamente un mito envuelto en un manto de polémica y silencio. Todo el mundo tiene opiniones al respecto, los estudiantes de escuelas y colegios oficiales, ahora más que ningún otro.
En un país de 3 millones de habitantes, donde hay negros, blancos, indígenas, chinos, indostanes y demás, no debe haber cabida para la discriminación, pero eso no es así.
SU EXPERIENCIA
Lauren recuerda que para ella fue horrible sentirse discriminada, cuando le negaron el paso a un supermercado, donde sólo iba a comprar unos medicamentos y algo más.
La joven se encontraba sola, había guardado sus pertenencias en la paquetera, pero cuando fue a ingresar al comercio se encontró con la sorpresa de que el agente de seguridad no le permitió ingresar y le manifestó que para poder entrar tenía que hablar primero con la encargada de supervisión del establecimiento.
Esto molestó mucho a la chica y se retiró, pues no veía la necesidad de hablar con nadie para poder entrar, porque ella no había hecho nada.
Su frustración fue mayor cuando en sus narices dejaron entrar a un estudiante de una escuela privada de La Chorrera.
LES PASO IGUAL
Lauren, al llegar al colegio comentó lo sucedido a sus compañeros y éstos le informaron que no es la primera vez que ocurre, pues cuando ellos van a comprar sus materiales escolares no pueden entrar uniformados. Deben ir en civil. Sin embargo, aunque estén en particular son observados muy de cerca por los guardias de seguridad, que por cumplir con sus labores discriminan a los estudiantes.
Pero no es la primera vez que le sucede. Un día iba acompañada por sus tíos, y por ir uniformada, en un local se le dio el mismo trato.
Para ella fue una experiencia muy amarga, y cree que es tiempo de que las autoridades tomen cartas en el asunto y terminen con todo tipo de discriminación en el país.
ESTA PASANDO
Después de la denuncia que hizo Lauren a este diario, DIAaDIA efectuó un recorrido por los locales donde venden artículos escolares, y se percató de que en algunos centros comerciales se vigila a los estudiantes, para evitar robos o peleas .
Además, sólo se les permite la entrada a cierta cantidad de jóvenes uniformados de una misma escuela; el resto debe esperar a que éstos salgan de hacer sus compras.
Muchos comerciantes creen que los estudiantes, cuando están en las plazas comerciales forman desórdenes, y no son bien vistos por los compradores, debido a que les gusta realizar sus compras con tranquilidad.
EL MOTIVO
Comerciantes consultados aseguran que se ven en la necesidad de vigilar muy de cerca a los jóvenes que entran en sus locales, pues muchas veces ocasionan riñas dentro de los comercios, debido a rencillas con estudiantes de otros centros educativos.
Carlos (nombre ficticio, pues pidió no ser identificado), dueño de un almacén, explicó que "la mayoría de las veces tienen problemas entre sí, y aprovechan la ocasión para formar desórdenes y sustraer mercancías".
Esto repercute en el comprador, que deja la mercancía que había seleccionado y se retira.
Otros dueños de locales destacaron que los estudiantes tienen libre acceso, pues necesitan comprar útiles escolares, y muchas veces lo hacen antes de ir al colegio o al salir, por lo cual no se les puede impedir la entrada a los centros comerciales, siempre y cuando lo hagan ordenadamente y uno por uno.
DE DOS EN DOS
Cuando se deja ingresar a estudiantes, es de dos en dos. Las unidades de seguridad tienen controles y los dejan pasar en este orden. Cuando entra cierta cantidad, se restringe el acceso a ciertas horas, hasta cerciorarse de que el almacén tenga poca cantidad de estudiantes.
ACCION DISCRIMINATORIA
Los estudiantes, por su condición de menores de edad, sufren esta discriminación.
Antonio Fletcher, presidente de la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresa (APEDE), no ve con buenos ojos las medidas que practican ciertos comerciantes.
Considera que se debe dejar entrar a los estudiantes, ya sean de colegios oficiales o particulares, en todos los lugares. Pero sugiere que los estudiantes deben actuar bajo el manto de los valores éticos y morales, además de una buena conducta cuando estén dentro de los establecimientos comerciales.
EDUCADORES
Arelis García, profesora del Instituto Nacional, fue testigo, cuando a estudiantes de este plantel se les restringió la entrada a centros comerciales y almacenes, mientras que a estudiantes de colegios particulares no les restringen el paso. Esta medida es un estereotipo que se tiene de los alumnos, destacó la educadora.
"Por más de 20 años he trabajado en colegios oficiales y jamás he sido víctima de robo", argumentó.
Hay que resaltar que esto se da en todos los niveles sociales, pero no por eso se debe restringir el derecho a los estudiantes, recomienda la profesora.
Estudiantes entrevistados por este medio, aseguraron que en ocasiones son víctimas de malos tratos, aparte de que son ridiculizados enfrente de muchas personas, y esto es vergonzoso.
ILEGAL
Nada ampara a los comercios que impiden la entrada a menores de edad y grupos de estudiantes a los comercios.
El Artículo 19 de la Constitución, expresa que no habrá fueros o privilegios, ni discriminación, por razón de raza, nacimiento, discapacidad, clase social, sexo, religión o ideas políticas. Pero esto parece importar muy poco a los dueños de estos establecimientos que de forma arbitraria dictan medidas que, a todas luces, son ofensivas a la dignidad humana, aseguran juristas.
INACEPTABLE
Uno de ellos es Silvio Guerra, quien comentó que en la Carta Magna se prohíbe toda forma de discriminación.
Agrega que en este caso en especial, existen excepciones para menores de edad o personas que, siendo mayores de edad, porten un uniforme escolar, donde se le prohíbe la entrada a lugares muy específicos, tales como cantinas, bodegas y discotecas, debido a que está en juego la honra del uniforme o institución educativa.
Pero nada de lo antes mencionado, se aplica a los comercios que, supuestamente abren sus puertas para brindar un servicio a todas las personas y que claramente están en conflicto con nuestra legislación, destacó el jurista.
SOCIOLOGO
Este hecho, a toda vista discriminatorio, está muy ligado a la escalada de violencia que vive nuestra sociedad, indicó Fidel Torres, director del Departamento de Sociología de la Universidad de Panamá.
En el caso específico de los estudiantes, no podemos olvidar que en los últimos años, colegios prestigiosos se han visto envueltos en hechos realmente bochornosos, que han ocasionado que el otrora respetado movimiento estudiantil, en la actualidad no cuente con la credibilidad del resto de la sociedad frente a los problemas que confronta la nación panameña, confesó el sociólogo.
Torres enfatizó que, lastimosamente, esa situación está lejos de resolverse, debido a que la sociedad mantiene un estigma sobre algunos colegios y corresponderá a sus estudiantes, a través de sus acciones, limpiar la imagen del movimiento estudiantil y poco a poco estas acciones discriminatorias irán desapareciendo.
EL SOCIOLOGO HABLA
En el pasado no se aprovechaba una manifestación estudiantil para romper y asaltar una tienda o local comercial, como ocurre en la actualidad, y la prohibición aplicada por algunos centros es la respuesta más fácil a este temor.
Sin embargo, no se justifica una política discriminatoria por parte de los comercios.