Esfuerzo y sacrificio. Con una sonrisa y una mirada agradable, Ayda Álvarez atiende a todos los clientes que llegan a su taller de costura de nombre Blayid, ubicado frente a la Caja de Ahorros, en Paraíso, San Miguelito.
Ella llegó a la capital procedente del Salitral, en Chiriquí, cuando tenía 14 años, pero como no podía quedarse de brazos cruzados decidió trabajar en una casa de familia como doméstica. En las noches, con muchas ganas, estudiaba modistería. Siempre tuvo ese sueño.
Un día, la señora para la que trabajaba la recomendó con un amigo para que trabajara en su empresa de costura. Ese fue su primer trabajo como costurera y se dedicó en cuerpo y alma para tratar de quedarse porque sabía que una gran puerta se abría.
Allí trabajó por más de siete años hasta que logró graduarse de modista.
Cuando obtuvo su título profesional se dijo a sí misma: "No me puedo estancar". Entonces decidió comprar una máquina de coser y en el pequeño cuarto donde vivía empezó a confeccionar todo tipo de ropa.
Después solicitó un préstamo para comprar un pequeño local, en donde hoy confecciona vestidos para empresas grandes y pequeñas.
MERECIDO
Su esfuerzo y sacrificio fue recompensado el año pasado para el Día Internacional de la Mujer, cuando le entregaron reconocimiento por sus 23 años como dueña de su taller de costura en San Miguelito.
PLANES FUTUROS
La señora Ayda desea poder ampliar más su negocio, con el fin de contratar a personas que desean salir adelante por sí mismas y a quienes les encante el negocio de las telas.
VARIEDAD
Ayda también se dedica a coser vestidos que usan los médicos cirujanos. |