Tremendo zafarrancho. El deseo de compartir un día de campo las internas con sus madres, hijos y esposos, en el Centro Femenino de Rehabilitación, se vio nublado, a pesar de que el sol era despiadado y estaba en su apogeo.
Decenas de familias pasaron el Niágara en bicicleta cuando intentaban visitar a las internas, pues según los afectados, el trámite con que se maneja este centro para permitir la entrada a los visitantes con comidas, es muy tedioso y lento.
Lo que más les preocupaba era que la comida que con tanto cariño habían preparado a sus familiares, a esa hora era seguro que se les había dañado y ya no tenía caso la visita. Lo importante era que las internas disfrutaran una comida hecha en casa junto a sus seres queridos.
Para Lidia Castañeda, directora de este centro carcelario, esta situación se dio a causa de que casi todas las internas tienen varios hijos, padres y hermanos; esto hace que vayan demasiadas personas y la revisión se haga muy lenta. "Sabemos que provoca mucha molestia a los visitantes", agregó.
DIA FAMILIAR
Cada año, en vacaciones escolares, el Centro organiza un día familiar entre las internas y sus parientes.
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