Apetito: Los perros sanos suelen tener buen apetito, y un perro enfermo suele comer menos de lo habitual. Puede beber demasiado o perder peso.

Sueño: Si el perro tras dormir está lento y aletargado, es un mal síntoma.

Ojos: Deben estar brillantes, con el blanco claro, y la parte inferior del ojo debe ser rosada fuerte.

Orejas: No deben mostrar rastros de cera, depósitos negros o grises, ni desprender mal olor.

Nariz: Debe estar lisa, sin secreciones ni materiales incrustados.

Piel: Se recuperará su forma con rapidez y estará elástica cuando la levante apartándola del cuerpo.

Cuerpo: Examínelo en busca de bultos, heridas, zonas inflamadas o pérdida de pelo.