El entonces cónsul de Panamá en esa ciudad, Rómulo Alvarado, luego de ver una exposición que estaba realizando el pintor en el país norteamericano, le pidió la obra para que reposara en una de las paredes del Consulado. Sánchez, muy honrado, accedió inmediatamente. "Para mí era un orgullo que una de mis obras fuera elegida, ya que ésta en especial representa mucho de Panamá", agregó el pintor.

La última vez que Desiderio vio la pintura fue en 1987, cuando fue invitado a otra exposición y pasó por el consulado para verla. El día del préstamo Sánchez y el cónsul firmaron un documento que claramente indicaba que la obra estaba en calidad de préstamo, documento que DIAaDIA logró ver debido a que el pintor tiene una copia.

Desde ese entonces, el señor Desiderio no ha sabido de su obra. Se informó que ha presentado varias denuncias ante distintas autoridades y nadie le responde.

El pintor aún está a la espera de que el nuevo Presidente lo atienda.