La psicomotricidad se divide en dos áreas: la fina y la gruesa. La fina se refiere a todas aquellas acciones que el niño realiza con sus manos, a través de coordinaciones óculo-manuales; en el que se pueden mencionar la pintura, el punzado, pegado, rasgado, uso de herramientas, coger cosas con la yema de los dedos, hilvanar, amasar, entre otras; que ayudan a detectar algunas carencias y condiciones físicas, como debilidad en los dedos o la osteoplastía (huesos elásticos). La gruesa se refiere a aquellas acciones realizadas con la totalidad del cuerpo, coordinando desplazamientos y movimiento de las diferentes extremidades, equilibrio, y todos los sentidos; como caminar, correr, saltar, girar, entre otros.