Era un día soleado en San Felipe; algunas personas aprovechaban para pasear por este histórico lugar o hacer otras actividades. Varios turistas nacionales y extranjeros caminaban por el Paseo Esteban Huertas, y se sorprendían al mirar a lo lejos de la costa, a unas personas que con balde en mano se dirigían hacia el mar.
La curiosidad nos llevó hasta donde estaban. Junto al fotógrafo atravesé grandes charcos y piedras para ver qué sucedía.
Todo esto no fue en vano. Allí nos encontramos con Pedro Galván y su señora, quienes contaron mientras recogían conchas con sus manos, que sólo tienen un mes de dedicarse a esto e iniciaron por mera curiosidad. "Cuando algún vecino me pide almejas, yo vengo y las recojo y también recojo para mí", dijo Galván.
Así como el señor Pedro, hay quienes también se dedican a esta actividad, pero recogiendo ostiones. Para esto, sí se necesita martillo y destornillador, pues los ostiones están incrustados en las piedras.
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