"Acá faltan muchas cosas, el agua se va por tres días. A veces, demora hasta una semana", dijo Sonia Bedoya, una de las moradoras.

En este pintoresco pueblo donde las carencias saltan a la vista, el desempleo es uno de los mayores problemas, ya que las oportunidades laborales son muy pocas.

Casas de madera, algunas de bloques, son la tónica de la comunidad, en donde la mayoría de las mujeres indígenas se ganan la vida haciendo artesanías.

Los hombres transportan personas y mercancías por el río Tuira y trabajan la agricultura de subsistencia.

Otro problema son las áreas recreativas para los niños... que no hay. Los niños pasan el tiempo jugando bolas y bañándose en las aguas del río Tuira.

A pesar de sus carencias, los moradores son personas amables que atienden con una sonrisa y una gran amabilidad a los visitantes.

TRANSPORTE
Al pueblo se llega por carretera por la Panamericana. Por avión llega a El Real y luego una piragua lo transporta por el río Tuira hasta llegar a Yaviza.