El sexto baile de Cuna de Acordeones, realizado en Las Tablas, no tuvo nombre. Las interpretaciones, las barras y el artista invitado (Colaquito) estuvieron a todo meter.
La noche inició con todo, las barras de Eráclides y la del chorrerano Edisson formaron la algarabía. Varias pancartas en las que se mofaban uno del otro era la nota característica. Incluso, había mucha seguridad, por si acaso sucedía algo.
En medio de todo ese desorden, apareció un conjunto folclórico y cuatro chicas vestidas con trajes de fantasía que le hicieron un homenaje al famoso carnaval tableño. Lourdes no se quedó atrás y también bailó una pieza típica.
La noche fue una gala de lujo, en la que los cuatro concursantes interpretaron "temas inolvidables". Como siempre, los dos que se lucieron fueron el tableño Eráclides y el chorrerano Edisson. No podemos dejar de mencionar que Yeyny, de Bocas del Toro, también se lució cuando se puso el acordeón en la cabeza. Jaime, aunque no hizo nada extraordinario, tocó las piezas "Regresa pronto" y "Eres mi canción" bien y la gente las disfrutó. La verdad es que la noche estuvo candente, pues miles de personas escucharon temas como "La niña Marquela", "Un sufrimiento más", "La yerbita", "Brindemos por lo nuestro", entre otras.
La parte del evento que más llamó la atención fue cuando el jurado Colaquito Cortés hizo una presentación de oro. Tocó el acordeón como nadie. Imagínense que mientras tocaba el acordeón tenía un vaso en la frente. Además, hizo muchas "piruetas".
En este baile también hubo un empate entre Edisson y Eráclides, ambos ganaron el "Más Cachimbón" y también los dos se salvaron gracias a los jurados, pues los dos fueron a la Línea del Mogollón. Los sentenciados fueron Yeyny Santamaría y Jaime Sanjur.
LO FEO DE LA NOCHE
No podemos dejar de mencionar que, a pesar de que hubo mucha seguridad, las barras hicieron de las suyas. Con decirles que el propio Víctor Ballesteros (reportero de Afinando el acordeón) nos contó que los seguidores de Edisson le tiraron en la cara Raid mata ratas al momento de hacerle una entrevista. ¡Ah! pero la barra de Eráclides también se portó mal, les digo que en el instante en que el participante de La Chorrera decía que era un honor estar en la tierra del folclor, lo abuchearon, al punto que ni lo dejaron hablar. Es más, le gritaban de todo y le hacían señas con los dedos de las manos. Esa misma barra se disgustó en ocasiones porque un locutor decía la provincia de Azuero. La peor parte me la llevé yo, también tomé lo mío. Dos personas de la barra santeña me dijeron, en tono grosero, que solo hablaba mal de su representante. Un poco más y me dan un puñetazo. ¡Qué pasión!
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