La gente estaba alarmada, las mujeres lloraban al recordar que sólo pudieron agarrar a sus hijos y tratar de refugiarse en algún rincón de las casas, que "traqueaban" con cada lámina de "panalit" y hojas de zinc que se desprendían.

Muchos estaban en sus trabajos y fueron avisados por vecinos de lo que había ocurrido, del fenómeno, que ellos mismos denominaron como un tornado. "Vi cómo venía el remolino de la montaña, era una nube negra de donde salían muchos pájaros y de pronto vi como unas bolas de fuego", narró la señora Viodelda Castillo, aún nerviosa.

Todos estaba fuera de sus casa, los rostros de asombro se reflejaban hasta en los niños que tampoco entendían qué había pasado. A medida que transcurría la tarde, las personas empezaban a comprar las láminas cuyo costo oscila entre los B/22.00 y B/25.00.

Mientras que, otros sacaban sus pertenencias para irse a casa de familiares.

CAYO GRANIZO
Otros que pasaron tremendo susto fueron los residentes de Campo Limbergh y Villa Lucre, lugares en los que hasta granizo cayó.

El señor Carlos Cordero contó que antes de que un árbol cayera en la parte trasera de su casa estaba lloviendo fuerte, cayó granizo y una nube blanca se posó sobre las casas.

Mientras que, en calle 16 de Villa Lucre también los techos se desprendieron de las viviendas.

En tanto, el último reporte del Sistema Nacional de Protección Civil (SINAPROC), reveló que fueron 150 las casas afectadas por desprendimiento de techos, mientras que, 30 árboles cayeron en la vía y residencias.

Las barriadas fueron abarrotadas de personal del SINAPROC, Ministerio de Vivienda, bomberos y voluntarios que hacían un censo de todos los afectados.