Fuimos seducidos por la maravillosa voz de Margarita Henríquez, por su inocencia, por los medios de comunicación y por ser otro de esos talentos que tuvo que salir del país a buscar su brillo, porque aquí los espacios son pocos o nulos, manejados por una mafia musical que les hacen firmar contratos leoninos o por una pandilla y rosca de seudo Dj's a los que muchos talentos tienen que pasarle "su salve" para que promocionen su música en las radios.

El año pasado, las televisoras locales, por ejemplo, se peleaban los derechos de ser los creadores de Margarita Henríquez. Tanto Televisora Nacional como Corporación Medcom no dejaban de autoproclamarse los propulsores de Henríquez, de gritar que "ésta es su casa", de querer que ella pisara primero sus instalaciones y ninguno de los dos, -porque tienen relaciones comerciales-, hasta el sol de hoy, ha hecho una sola crítica periodística o reclamo fuerte a Sony Entertainment Television por lo injusto y poco equitativo de la repartición de los premios y promoción de Margarita internacionalmente. Ninguna de estas dos pantallas cedió espacio-aire en su programación regular como hace Televisa y TV Azteca cuando ceden hasta tres minutos por video para promocionar la música de un nuevo talento.

Sony Entertainment Television no tiene derecho a pedirnos a los panameños absolutamente nada, ni siquiera que los sintonicemos, porque lo que tienen es una deuda con nosotros y con Margarita. Lo que sí deberían estar haciendo hoy, que inician los shows, es dándonos una explicación del por qué trataron con tanto desprecio a Margarita Henríquez, a su talento y a Panamá como país. Porque de seguro a Venezuela, Argentina o México no los tratarían igual.

Y no se equivoque en la lectura. Esto ni es contra Medcom ni contra Televisora Nacional. Esto es contra Sony, contra la mafia musical que existe en este país, contra los promotores musicales que pagan coimas, contra los periodistas que cobran por publicar notas y contra ciertos locutores y Dj's que abusan del poder de un micrófono y pasan su sombrero para recibir la 'payola', que no es más que "el salve" que cobran para mover las piezas musicales de los cantantes en sus radios.

Yo espero que de la misma manera como el año pasado los medios, casi todos, se unieron en apoyo de Margarita, lo hagan desde hoy para exigir respuestas. Que los comentaristas radiales hablen de la explicación que merecemos, que nos digan realmente cuánto se ganaron en llamadas, cuánto se invirtió en Henríquez, por qué solo de milagro la conocen en Costa Rica, por qué no hay una sola promoción de ella en el canal Sony, por qué no tiene un compacto inédito, por qué no recorrió América Latina en promoción, por qué el segundo lugar recibió los mismos premios que el primero y muchos cuestionamientos más que como prensa del espectáculo deberían ya estar buscando y publicando.

Yo hoy me visto de guerra contra Latin American Idol y todos aquellos espacios televisivos y gente que exploten el talento musical de los jóvenes panameños y no se les apoye realmente, mientras que sí se llenan los bolsillos con la ilusión de un país.

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