No les alcanza para comer. Elsa María Sánchez, de 72 años, no tiene cómo alimentar a sus cinco nietos, que fueron abandonados por su madre, y poco atendidos por su padre, al punto de que ella ha tenido que salir a trabajar para aportar algo a su humilde casa ubicada en el sector 11 de La Cabima.
SUS PENURIAS DIARIAS
Elsa relató que la madre de los niños los abandonó para irse con otra pareja y que su hijo, el padre de estos, no tiene trabajo y tampoco se ocupa de ellos. Esta situación la llevó a trabajar por muchos años planchando en diferentes casas, pero hace un año sufrió un ataque cardíaco que ha deteriorado su salud al punto que nadie la quiere contratar y tiene que salir a pedir limosna en las calles. Ella explicó que es poco lo que consigue, por lo tanto, sólo se limitan a comer arroz y menestras, nunca comen pollo ni carne, y en ocasiones, si desayunan, no almuerzan.
Viéndose en esta situación, su nieta Yamileth, de 15 años, decidió trabajar en una casa de familia, pero el dueño trató de sobrepasarse con ella y tuvo que dejar el trabajo. De allí, Elsa decidió que ninguno de sus nietos trabajarían, pues todos son menores de edad y eso es peligroso.
Estos niños se visten y van al colegio gracias a la bondad de los vecinos y amigos que le regalan lo esencial. Esta realidad se complica porque en la casa viven seis niños más de una de las hijas de la señora Elsa, quienes también sufren por las carencias.
NO TIENEN NADA, SOLO BUENOS DESEOS
En esta humilde casa hay pocas cosas servibles como una televisión y una estufa vieja, que fueron compradas por su fallecido esposo, que según Elsa era el sustento de la casa. Además, no tienen luz y parte de su techo se está cayendo, lo demás esta dañado o viejo.
Entre lágrimas, esta abnegada abuela pide a alguna autoridad que ayude a sus nietos a salir adelante antes de que ella cierre sus ojos, pues de no ser así, partiría de este mundo con un dolor muy grande.
|