Ciertas televisoras de Suramérica cuentan con esta figura dentro de su pantalla que analiza y canaliza las quejas de la audiencia en un espacio semanal que le cede la empresa. Esta figura sustenta sus planteamientos de manera profesional luego de investigar las quejas sin pasiones, entrevistarse con los involucrados, ponerse en el lugar de las audiencias. La televisora lo respeta o por lo menos eso da a entender.

Quizá a los que busquen ser populares o les guste el figureo ese "halago" les haga marearse en un ladrillo, creerse gurús de la televisión o reyes del arroz con pollo. A mí no. A mi me da miedo y mucha tristeza que la audiencia tenga la necesidad de recurrir a quien los defienda porque lo que se pauta en televisión no es bueno, los que están haciendo televisión no les importa su audiencia, no les respeta sus hábitos de consumo, sus horarios o ignora sus críticas.

Cuando decidí lanzarme en esta aventura de opinar con un seudónimo sobre el trabajo en pantalla, sí, lea bien, el trabajo en pantalla de los intocables de la televisión, sabía que despertaría odios, mal humor, reacciones con insultos, diarreas, amenazas, inclusive, que a muchos se les saldría el cobre en pantalla atacándome y buscarían mecanismos para descalificarme. Esas reacciones son normales en una industria donde solo se les hacía relaciones públicas disfrazadas de noticias a quienes se auto consideraran "famosos" con derecho a criticar a los demás y nadie a ellos.

Para nadie es un secreto que soy muy duro en mis opiniones y planteamientos porque tengo todo el derecho a opinar como lo siento, a decir que algo no me gusta, pero ese derecho se tiene que ejercer con respeto y nadie, absolutamente nadie, puede decir que en esta columna se le ha irrespetado.

Por lo arriba expuesto quiero agradecerles a Juan Carlos Tapia, Maribel Cuervo de Paredes, Susan Elizabeth Castillo, Juan Carlos Barreiro, Marisín Luzcando, María Elena Barrios, Mara Rivera, Franklin Robinson, César Anel Rodríguez, Jenia Nenzen, Pedro Altamiranda, Melisa Velarde, Oris Salazar, Marco Castillo, Bianca Tapia, Abraham Moreno, Alex Medela, Luis Polo Roa, Didia Gallardo, José Escobar, Castalia Pascual, Mayella Lloyd, Héctor Villareal, Erika Nota, Agustín Clement, Luciano Ciampoli, Tony Méndez, entre otros talentos de la industria, que si bien es cierto en algún momento les molestó mi opinión, jamás recurrieron a los insultos. Hoy varios me envían correos respetuosos porque entendieron la importancia del derecho a opinar y recibir una crítica.

Quiero decirles a esos padres de familia que siento un gran compromiso con ellos, pero que no pierdan la esperanza. Que ni fui, ni soy ni seré defensor de nada. Que sigan aspirando a tener una buena televisión porque no hay mejor defensor de la audiencia que uno mismo que tiene como arma el control remoto. No le regalen su valioso tiempo a lo que ustedes consideren tóxico, venenoso, dañino. Castíguelos no viéndolos porque sobran en este momento ejemplos de que cuando la audiencia dice hasta aquí a la porrrrrrrrrrquería, hasta ahí llegan esos shows.

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