Un niño de nueve años de la Escuela Estados Unidos estaba triste y preguntaba a los presentes por qué sacaban a los indígenas nasos del gazebo del parque, si ellos vivían ahí y a dónde los llevarían.

Mientras todas esas interrogantes cruzaban por su mente, los policías cargaban los "muleles" de la pequeña delegación del pueblo Naso que estaba en el gazebo desde hace 162 días. Ellos fueron desalojados por orden de la corregidora de San Felipe, que se fue a los extremos y llevó hasta a las unidades de Control de Multitudes. Los nasos ni flechas sacaron.

Solo fueron 10 minutos que les tomó a las unidades de la Policía cargar los enseres de los indígenas, que denunciaban que estaban violando sus derechos, pero ellos, con cordura, abandonaron el lugar y se fueron a la iglesia.

Luis Gamarra, vocero de los nasos, manifestó que la condición que les dieron las autoridades era que si desalojaban el gazebo dialogarían con ellos, porque sus protestas afeaban el parque, más por los turistas.

En un camión depositaron los utensilios que fueron trasladados a las instalaciones de la Cruz Roja en Santa Rita.

Eliseo Vargas, miembro de la delegación, expresó que hubo una violación a los derechos humanos y a los convenios internacionales. Además, que la Dirección Nacional de Política Indígena del Ministerio de Gobierno y Justicia no hace su trabajo, que es defender sus derechos.

Pero no habían terminado los policías de cargar sus pertenencias, cuando en el parque ya se armaban toldas para una actividad.