Hace cuatro días falleció asfixiada una niña en La Chorrera y aunque las investigaciones de los camisas rojas de esa zona bomberil no han determinado qué pasó, se presume que dos abanicos pudieron ocasionar el incendio en la cama en la que dormía la menor.

NO HAY CONTROL
De acuerdo con Néstor J. Berrío, electricista de la Oficina del Cuerpo de Bomberos de Panamá (CBP), actualmente hay abanicos que no reúnen los requisitos avalados por la entidad. El problema es que la mayoría de los panameños los compra, pues los encuentra baratos en el mercado. Otro agravante es que no hay un control de calidad, y a criterio del electricista, esa es una responsabilidad del Ministerio de Comercio e Industrias (MICI).

Otra institución que debe actuar en estos casos es la Autoridad de Protección al Consumidor, pero generalmente eso ocurre si el afectado acude a presentar la denuncia.

LO MAS CONFIABLE
Para el uso de abanicos y regletas, los bomberos recomiendan aquellos que tengan el sello de seguridad impreso "UL" o "TDK", pues tienen gran prestigio. Sin embargo, sucede que el sello "UL" puede ser falsificado, ya que se desprende fácilmente. El original viene impreso en el artefacto.

Berrío precisó que las extensiones delgadas no son confiables, pues no soportan tantos aparatos conectados y terminan ocasionando un siniestro.

FINAL EN LLAMAS
Detalló que como los abanicos se adquieren a bajo costo, tienden a recalentarse, luego no gira. Entonces ocurre la fricción entre el caucho y el esmalte de la bovina que da como resultado una combustión.

Ante estos casos, muchos ciudadanos tienden a echarle hasta aceite de cocina para que gire la bovina, lo que es un gran error, ya que éstas no trabajan con aceite, pues un campo magnético es lo que les permite girar.

Se explicó que echarle aceite a la bovina es acelerar el recalentamiento y la combustión. Lo primordial en estos casos es desecharlo.

Hay muchas personas que les gusta dormir con el abanico casi en la cara y ese es un grave error, pues es preferible que se guarde la distancia del tamaño del pie del abanico, pues si ocurre un corto circuito, le permite caer libremente al piso y no sobre la cama.

SIGUEN SIENDO PELIGROSOS
DIAaDIA acudió al Terraplén, San Felipe, donde consultó a un señor que arregla abanicos y éste manifestó que si no es de marca, la reparación puede costar hasta cinco dólares, mientras que uno de renombre puede costar más de ocho dólares. Allí el negocio es redondo.

HACE POCO
El martes en la madrugada ocurrió un incendio en Miraflores, en Betania, provocado por un abanico. No hubo heridos, sólo pérdidas materiales.