Un mal que llega con los años. Después de haber vivido y recorrido tanto, los adultos mayores esperan contar con buenos momentos de descanso. Sin embargo, hay un mal que puede empañar esa felicidad: el Alzheimer.
¿QUE ES?
Se trata de un mal neurológico progresivo, debilitante y eventualmente fatal, mencionó la doctora Rocío Galván.
Afecta a muchas personas. Es la forma más común de demencia, y una de las principales causas de muerte en algunos lugares del continente americano.
¿A QUIEN AFECTA?
Rocío explicó que el mal no tiene barreras sociales ni raciales. Por lo tanto, más de la mitad de las personas mayores que sufren de impedimentos mentales lo padecen.
Aunque es muy común en los adultos mayores, sus ataques no se limitan a ellos, ya que también ha afectado a personas que están en los cuarenta y cincuenta años.
La víctima más joven que se conoce tiene 28 años de edad.
SIGNOS Y SINTOMAS
Es un poco variante la sintomatología. Pero entre los más comunes se puede mencionar:
- Pérdida de memoria sobre eventos recientes.
- Pérdida en la habilidad para realizar cosas en el trabajo o en el hogar.
- Dificultad en el proceso de aprendizaje.
- La persona muestra fallas de discernimiento.
- Cambio de personalidad.
- Dificultad en el movimiento y en el habla.
- Eventuamente la persona muestra desorientación total y no responde a ningún estímulo exterior.
CAUSAS
La ciencia ha avanzado mucho, más esto no ha propiciado el hallazgo de una causa precisa. De acuerdo con lo investigado, los cambios más frecuentemente atribuidos al Alzheimer ocurren en la capa exterior del cerebro, donde con frecuencia hay acumulación de estructuras anormales.
Como no hay una edad determinada, es importante prestarle atención a el comportanmiento de los abuelitos. Para mayor información, puede escribir al [email protected]
COMO INCLUIR A LOS ENFERMOS
- Encomendar tareas sencillas sirve para que el enfermo siga participando de la vida cotidiana. Por ejemplo, pueden pedirle que ordene los cubiertos lavados o que doble la ropa planchada.
- Ellos aprecian la vida social, como el café después de la comida, el té antes de acostarse, la visita regular de un ser querido, las salidas en grupo o en familia, incluso el ejercicio físico al aire libre.
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