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Un guerrero de El Cristo
Davis Romero le dedica todos sus éxitos a sus padres, sus principales ídolos. (Foto: Omar Batista / EPASA)

Elisinio González G. | DIAaDIA

Era el 3 de julio de 1999. Un aire de zozobra se respiraba en la familia Romero, en El Cristo de Aguadulce, provincia de Coclé.

En una esquina de aquella residencia, se encontraba Don Ubaldo y en la otra Doña Enicela, tratando de tomar una decisión sobre cuál sería el mejor futuro para su hijo de 16 años de edad, Davis Romero.

Era el momento de tomar una decisión... de decidir entre la escuela o firmar para jugar pelota profesional con los Azulejos de Toronto.

Hoy, aquella decisión, aunque algo dolorosa al principio, ya tuvo sus primeros frutos cuando Davis regresó a los brazos de su familia el lunes, convertido en todo un Grandes Ligas.

"Cuando estaba cursando el tercer año, nosotros estábamos pasando momentos difíciles, porque éramos muy pobres. Yo tenía talento para lanzar y se me abrió la puerta para firmar con Toronto. Todo gracias a Giovanny Miranda, quien era en ese momento buscador de talentos de esta organización.

Yo hablé con mi papá y le dije que me diera la oportunidad, porque tenía la fe de que podía llegar a las Grandes Ligas", dijo Romero en su casa, mientras trataba de asimilar el gigante recibimiento que le ofreció su pueblo natal el pasado lunes.

"Gracias a Dios, a base de mucho esfuerzo y sacrificio, he logrado mi sueño. Ahora sí podré devolverle a mis padres todo lo que han hecho por mí", agregó.

SUEÑO DE ORO
De repente, los recuerdos de infancia de Davis comenzaron a aparecer... el sol brillaba como nunca en una tarde de verano en El Cristo. Armado con un guante y una pelota, el pequeño Davis inició una carrera desesperada en el patio de su casa, con tal de encontrar a su padre, Don Ubaldo, quien estaba preparando su camión para ir a trabajar.

Davis ya estaba listo para jugar con su equipo infantil; pero, antes de partir, necesitaba la bendición de su progenitor.

Sólo pasaron unos segundos cuando el encuentro se dio. Un beso en la frente fue el visto bueno de Don Ubaldo, mientras que Davis le agradeció de inmediato con las siguientes palabras: "Papá, yo sé que estás cansado de trabajar, pero te prometo que algún día llegaré a las Grandes Ligas y ya no tendrás que trabajar más. Te aseguro que con la plata que me paguen, te compraré un camión nuevo".

En ese momento, su progenitor le tocó el hombro y, con voz entrecortada, le respondió: "Si ese es tu sueño, nunca descanses hasta lograrlo, porque tu mamá y yo siempre te apoyaremos".

Esta anécdota la recordó con mucho entusiasmo Davis, mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.

"Lo que he logrado se lo debo a mis padres. Ellos siempre me han apoyado en las buenas y en las malas. Por ellos es que no descansaré hasta darles una vida mejor", comentó.

OBSTACULOS A LA VISTA
A pesar de que no tiene el prototipo (estatura y fortaleza) de un jugador de las Grandes Ligas, Davis recuerda hoy, de forma alegre, lo que tuvo que pasar para alcanzar su sueño.

"Muchas personas me dijeron que yo era demasiado flaquito para lanzar. Sin embargo, cambiaban de opinión cuando me veían en el montículo, porque ahí yo lanzó con el corazón, por mi familia y por un futuro mejor. Fue esto lo que me llevó a las Grandes Ligas", comentó.

MOMENTOS IMBORRABLES
El rostro de Davis se llenó de alegría cuando comenzó a hablar sobre los momentos que más disfrutó en las Grandes Ligas, desde el pasado 18 de agosto.

"Mi primera victoria en las Grandes Ligas, nada más y nada menos que contra los Yanquis de Nueva York, no la voy a olvidar nunca. Ese día disfruté a lo grande cuando ponché dos veces al venezolano Bobby Abrew. Ni hablar cuando dominé a Alex Rodríguez", precisó.

PROMESA DE CORAZON
Ya era hora de ponerle un punto final a la entrevista, y es que el reloj ya marcaba las 12: 30 a.m. (madrugada de ayer). Pero, antes de la despedida, el nuevo ídolo de El Cristo habló sobre sus dos promesas de oro, que espera cumplir antes de que se acabe el año.

"El Día de la Madre voy a hacer una fiesta grande en mi casa. Ese día mi mamá no hará nada, porque la voy a atender como reina. Y a mi padre, le voy a regalar aquel camión que le prometí cuando yo era apenas un niño", declaró.

PARA ENMARCAR
Davis Romero se convirtió en el pelotero panameño número 48 en llegar a las Grandes Ligas y el tercero de la provincia de Coclé.

   
 
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