Sentada en su negocio "Make-Up-Factory", ubicado en Albrook Mall, Vanessa cuenta que existe una diferencia abismal entre la cultura familiar hindú, que es completamente distinta a la de los latinos, pues hay muchos conceptos de respeto, unidad, colaboración, solidaridad, los que quizás en la parte latina no se ven con ese ímpetu. La presentadora del programa Inmobilia nos ponía un ejemplo: en Panamá las familias se desintegran y pasan la página con facilidad. Sin embargo, en la sociedad hindú eso se ve muy poco, pues siempre se lucha por conservar la unidad.

NUEVA VIDA
Según Calviño, su vida ha cambiado desde que aceptó casarse con Pradip. Desde ese momento todo ha sido una constante negociación, el hecho de ceder, el hecho de haber cometido errores y tener que retractarse, tratar de llegar a un balance y de poder incorporar a su vida los aspectos positivos de la cultura, y a la vez aportar a la misma, son algunas de las cosas que la han acompañado en todos estos 10 años. A parte de sus dos hermosos hijos, Farah y Dilan.

Pero nada de eso le ha robado la felicidad a Vanessa, pues viviendo en sus dos mundos ha llegado a pensar que en su otra vida fue hindú, ya que cuando va a las fiestas siente que ya ha estado allí, que comió todos los menú que le presentan.

A sus hijos le inculca ambas tradiciones, para que cuando sean adultos elijan la que quieran seguir.

SUEÑA REGRESAR A NOTICIAS
Entre sus metas está regresar a las pantallas, pero en el departamento de noticias, pues cuando ella ve en la televisión a un presentador que no tiene buena dicción o pronuncia una palabra mal, piensa que si estuviera ahí lo haría mejor.

AMOR POR LA COCINA
La cocina es uno de los espacios del hogar donde le encanta estar, ya que le gusta cocinar, al punto que colecciona libros de este tema, pero no prepara cualquier comida, si no las especialidades de la comida hindú o las recetas provenientes de la cocina India.

ANECDOTAS
Ha vivido muchas anécdotas, pero una de las cosas que más le ha llamado la atención es el rito del "perepao", que consiste en una venia que se le hace a una persona mayor como un gesto de saludo. Es decir, en lugar de darle un beso se le tocan los pies, eso es sinónimo de respeto. En un principio pensé que era una emoción, luego me explicaron que es un apoyo que estás recibiendo de la persona mayor y a la vez descargando sus problemas. Y así se me hizo más fácil comprenderlo. ¡Qué bonito!