Esa es la petición primordial de los moradores de la comunidad de San Pablo, en Alcalde Díaz, la cual nace producto de una invasión de terrenos en los últimos años.

La bienvenida a este poblado la dan sus inaccesibles calles de tierra. Para sus residentes, ésta es una gran desventaja, pues los taxistas no se atreven a transitarlas y aún no cuentan con "chivitas" que los lleven hasta sus hogares, que en su mayoría son de madera, retazos de plástico y zinc.

Estos ciudadanos coinciden en que su mayor necesidad es la falta de agua. Por contrariedades de la vida, el vital líquido les llega a algunos cada 8 días y no pueden guardarla en envases por el temor al nacimiento de posibles criaderos del mosquito transmisor del dengue. Dicen que están dispuestos a pagar por el lote que están ocupando.

PLANES
Esperan tener mejores campos de juego. El problema de las "telarañas" en este lugar es un arma en potencia.