Rumbo a Lagartera Grande (Foto: Alexander Omar Santamaría / EPASA)
Didier Hernán Gil
| DIAaDIA
Se les adelantó la Navidad, pero no era un viejo de larga barba blanca y gran panza, proveniente del Polo Norte, el que llevó muchos regalos y sorpresas a los niños de la escuela Lagartera Grande en La Chorrera. Los donantes eran reales.
Fueron las unidades policiales de la Zona de Panamá Oeste las que se sensibilizaron con el reportaje que publicó DIAaDIA el pasado 24 de septiembre, titulado "Descalzos, pero con ganas de aprender", donde se destacaba que la mayoría de estos niños asisten a la escuela sin zapatos, como un simple pantallazo de la pobreza que se percibe en este poblado rural. Muchos de ellos no continúan sus estudios secundarios por falta de recursos.
SE SINTIERON IDENTIFICADOS
Estos uniformados se organizaron en menos de quince días y el pasado miércoles, a las 7: 15 a.m., salieron del cuartel de La Chorrera rumbo a esta comunidad en un vehículo que ellos denominan reo o "dos y media", lleno de donaciones. Después de recorrer quince minutos de camino, se acordaron que habían dejado a la payasita "Cascarita", quien tenía la misión de animar a los agasajados. Aunque las unidades lamentaron este incidente, minutos más tarde la payasita llegó en otro vehículo y el panorama cambió.
"YO LO VIVI"
Para el capitán Enrique Martínez, encargado de la estación de Policía de Capira, compartir con los niños fue una grata experiencia.
"Esto me hace recordar cuando yo tenía nueve años e iban con la misma obra a mi pueblo Garachiné, Darién. Y yo la aceptaba con mucha humildad y hoy veo esa sonrisa en la cara de estos niños que viven en extrema pobreza", comentó.
LA BIENVENIDA
Para sorpresa de DIAaDIA, el corte de la calle llegaba hasta la puerta de la Dirección del plantel. Antes no tenían esa ventaja, pero la empresa Ecoforest también se sumó a este regocijo de los niños e hizo esa colaboración.
Los niños del Gobierno Estudiantil: Anderson Medina, Erick Flores, Edith Salas, Cristian Velásquez y Leidis Martínez dieron las palabras de bienvenida, mientras las unidades bajaban las cajas de donaciones. Luego de este protocolo, uno de los niños comentó con emoción: "Mira, ese es el carro de Kendall", refiriéndose a un auto Hilux que se estacionaba en los predios de la escuela. Pero la curiosidad de estos niños iba más allá. Ellos querían saber qué les llevaban. También se imaginaron que les traían una piñata de colores, pues veían que un objeto de colores se movía dentro del reo, pero resultó ser la cabeza de la payasita que soplaba los globos. Lo cierto fue que hubo una piñata para los niños y otra para las damitas.
ROMPIENDO EL HIELO
Aunque la mayoría de los niños se sentía apenada, el uniformado Richer Rodríguez se ganó la confianza de éstos y los puso a disfrutar de esta amena jornada con regalos y juegos, entre ellos: "Tierra y mar" y "La papa caliente". Fue tanta la integración, que este uniformado regaló hasta los lentes personales y otros objetos que llevaba consigo. Esto fue algo novedoso para los niños, pero el momento cumbre de esta jornada fue recibir un par de calzados nuevos, además de uniformes, mochilas, refrescos y muchas golosinas. También se entregó material didáctico y libros para la escuela. Algunos niños, con los pies cenizos de polvo, metieron sus pies en un par de zapatos nuevos. No hubo tiempo para lavarlos, la alegría era evidente.
Juan Herrera, Sub Comisionado de la Zona Policial de Panamá Oeste, dijo que "las unidades policiales se hicieron eco de la publicación, con intención de interactuar con la comunidad. Agregó que "siempre hemos pensado en el adagio que dice: educa al niño y no castigarás al hombre".
"Nuestro es interés es que los niños sientan que el Policía es su amigo, que no somos un ente represor, sino que somos amigos de la comunidad", acotó el Sub Comisionado.
DIAaDIA siente gran satisfacción de ser un canal para llevar una luz de esperanza a aquellas personas y comunidades casi olvidadas por las autoridades de turno. ¡Enhorabuena!
OTRAS NECESIDADES
La comunidad de Lagartera Grande, ubicada en el corregimiento de Amador, distrito de La Chorrera, carece de agua potable y del suministro de energía eléctrica; mientras tanto, se abastece de agua de pozos o la toma directamente del lago Gatún. Un galón de gasolina cuesta en esta comunidad B/.5.50.