Su vida laboral ha tenido múltiples cambios. Todo lo que le ha sucedido a Luis Esquivel, de 55 años, le ha dado fuerzas para seguir adelante por el bien de su familia.
Su peregrinaje en lo que es la economía informal, lo inició en 1988, ya que debido a la crisis en ese año, quedó cesante en una empresa azucarera de Coclé donde laboraba.
Con 4 hijos y su cónyuge, debía dar la cara ante la situación. Buscaba empleo, pero no conseguía. En su pueblo natal, Parita de Herrera, dejó a su familia y se aventuró a venir a la capital en busca de trabajo.
Lo consiguió, pero no fue fácil. Trabajaba duro, vivía alquilado y de lo poco que ganaba le mandaba a sus hijos en el interior.
Luego de dos años, cuando logró establecerse, se trajo a sus hijos y cónyuge a vivir a la capital. Con el paso del tiempo, se ha afianzado en su puesto ubicado en la parada del Súper 99 de San Miguelito. Allí vende pastillas, frutas y productos variados.
Todo lo ha hecho para mantener y educar a sus hijos, sólo le queda uno que está en la Universidad. Reconoce que su esfuerzo valió la pena, pero es consciente de que no hubiese sido posible sin la ayuda de su cónyuge y su familia, que siempre le apoyaron.
"Gracias a Dios he trabajado duro, sin robarle a nadie, soy una persona honrada", señaló este humilde caballero de hablar pausado y notoria sencillez.
Por la necesidad se ha acostumbrado a este trabajo, además de que como él mismo dijo: "la situación no está para escoger". De su negocio, gana lo necesario para subsistir, aunque las ventas han mermado debido a que con el alza del combustible, la gente evita comprar ciertas cosas.
Obviamente se cansa bastante, de eso no hay duda. "No es cualquiera que aguanta estar de pie tantos años", decía para explicar lo agotador de su trabajo. Se levanta desde las 2: 45 de la madrugada para hacer sus cosas antes de salir y tomar el primer bus que sale a las 4 a.m.
Desde las 4: 30 de la madrugada, comienza sus labores y termina hasta las 4 de la tarde, cuando se retira a su hogar a descansar. Trabaja de lunes a sábado. Su meta es modernizarse, ampliar su local y vender más productos.
LIMPIANDO
En sus ratos libres, se dedica a limpiar su lote y a pasar el tiempo con su familia.
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