"Serviré hasta que Dios me lo permita". Eso manifestó Guadalupe Berrocal con respecto a la labor que desempeña. A sus 77 años forma parte del Cuerpo de Damas Voluntarias del Hospital del Niño.
DEDICACION
Ella inició esta labor en el año 1993, después de que se jubiló en la Caja de Seguro Social. Las necesidades que allí vio, sobre todo en los niños, la motivaron a ingresar al grupo.
Su función dentro del movimiento es la de distribuir café para todas las madres que amanecen en el hospital, porque muchas de ellas vienen de lugares distantes y no tienen dinero para comprar desayuno.
APOYO
También se encargan de los pacientes quemados, brindándoles compañía, un poco de alegría y tratando de conseguir por medio de actividades los artículos que necesitan, como gazas, hisopos, mamaderas, leches especiales, entre otros.
Su familia se siente muy orgullosa de ella y la anima a que continúe sirviendo a quienes la necesitan, pues no hay edad para ayudar al prójimo.
RECUERDOS
Uno de los casos más conmovedores que ha vivido es el de una niña que llevó al Hospital del Niño monseñor Rómulo Emiliani, porque estaba desnutrida y muy enferma.
"Le dediqué 3 años de mi vida a su cuidado y a su recuperación, esa es mi mayor alegría", expresó.
Allá quedó esta dama altruista, cuidando de los enfermitos con todo el amor y cariño que, como madre, es capaz de dar.
CONSEJO
Exhorta a la juventud a que dediquen un poco de su tiempo al servicio comunitario. |