"El mundo parece vivir bajo la tiranía del mono: el monoétnico, monoteísta, monolingüístico. Como si el mundo fuera un monoambiente sin un lugar para todos". Mex Urtizberea
La historia está llena de derramamientos de sangre motivados por la codicia, el odio y por creer que hay seres humanos de segunda, tercera y de hasta décima categoría. A los campos de la República de Panamá, llegó un pastor llamado Héctor que siempre predicó la igualdad de todos los hijos de Dios.
"El objetivo de nuestra lucha es el concienciar a las personas para que reconozcan sus derechos. Debemos ser conscientes para así ayudar a otros también a serlo. Debemos usar el diálogo para concienciar, así cambiar la situación y la mentalidad del hombre y la mujer".
Casi cuarenta años más tarde de su desaparición, quizás algún ingenuo sienta lejana y resuelta la causa del padre Gallego. Pero resulta que la situación de abandono que sufren las zonas rurales aún es una realidad. Quizás ahora es más pecaminosa la situación: tanta tecnología, tanto crecimiento económico y las juventudes campesinas perdiéndose en el olvido.
"Porque sentimos la necesidad en que vivimos. Para que haya un cambio en la sociedad, y las personas pueden vivir como seres humanos. Porque hemos considerado los problemas y vemos la necesidad de que se terminen los atropellos..."
Además, hay un dato histórico importante que jamás debemos olvidar. Gallego siempre va a significar la contradicción entre el discurso y la praxis de la llamada revolución octubrina. En un momento crucial de la historia panameña, se favoreció a los intereses de los terratenientes por encima de la vida de un sacerdote comprometido con las víctimas de los latifundistas.
"Para ayudar a que nos desarrollemos como personas humanas. El hombre y la mujer son personas y no instrumentos, y la sociedad actual no nos permite desarrollarnos plenamente. ¿Para qué cambiar esa mentalidad? Para llegar a una sociedad junta que considere a la persona humana por lo que es y no por lo que tiene. Donde el dinero sea un medio y no un fin.
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