Las 97 mil hectáreas que comprende la reserva se las conoce al dedillo, no sólo por trabajar allí, sino también porque es morador de la comunidad de La Laguna, que está dentro de la reserva.

Su trabajo es evitar que las personas dañen los bosques y hagan mal uso de los recursos naturales. Su formación como controlador de incendios forestales, le ha facilitado su trabajo. Cada verano son más los incendios que se dan.

Lo que más le gusta es la protección de los bosques naturales, es decir, la madera y las cuencas naturales que le dan la vida a su población.

En su largo bregar, ha cursado seminarios para bomberos forestales, motosierrista, mantenimiento y ebanistería.

Sus pininos los hizo en 1981 como sembrador de pinos, pero hoy es un guardaparques.

La institución donde trabaja se encarga de mantener el control de la tala de los bosques y darle a la población los permisos adecuados, de forma que vivan en armonía con la naturaleza que los rodea.

SU LABOR
Entre ellas está enseñarle a los turistas la belleza de su poblado y hacer los divertidos recorridos.