Todo por su familia. Lo que inició como algo informal, ahora se ha convertido en el medio de subsistencia de su familia.
Al menos tres personas esperaban el turno para que Manuel Vargas les cortara el cabello. Él, con su equipo de trabajo listo, comenzaba un nuevo corte en su barbería Wahl Center, ubicada en la entrada de Villa Zaíta.
Contó como dato curioso que le puso ese nombre al negocio, porque el día que fue a registrar la patente no sabía cómo llamarla y como le gustaba la marca Wahl, que es de máquinas de cortar cabello, decidió ponerle ese nombre.
Recuerda que cuando aún era estudiante, empezó a interesarse en la profesión de barbero, atendiendo a sus amigos y vecinos, pero hace diez años lo convirtió en un trabajo formal, pues al salir de la escuela comenzó a trabajar como archivador en una empresa, pero allí sólo ganaba salario mínimo y no le alcanzaba para sus gastos.
Fue entonces cuando decidió poner una barbería en Milla 8, pero como el alquiler del local y el mantenimiento era muy costoso, tuvo que cerrar. Hasta que hace casi dos años se instaló donde aún sigue atendiendo a su clientela, de la cual un 60% son señores y el resto jóvenes y niños.
A las 9:30 a.m. empieza la faena, y aunque el trabajo es agotador, porque Manuel trabaja solo, no decae, pues tiene un bebé de cinco meses y una esposa por quienes sigue luchando. Por eso cierra a las 7:00 p.m.
Este joven es un barbero de vocación y gracias a la atención y a lo bien que corta el cabello, tiene muchos clientes. Sus cortes van desde los B/. 2.00 hasta los B/.5.00, depende del diseño o si incluye la barba.
SABIO CONSEJO
"Le digo a los jóvenes que estudien, porque actualmente muchos sólo llegan a sexto año y otros no terminan la escuela". |