Los primeros en hablar a DIAaDIA fueron los integrantes de "Cachetéate", grupo que tiene liderazgo entre Calle 7 y Justo Arosemena. Ellos acababan de hacer un "camarón", pues de eso dependen, ya que no pueden recorrer otras calles por conflictos con otras 18 bandas. Cerca de ellos operan los Niños Ricos y Los Demon. Mientras "ruliaban" un pase de "crispi", droga que para ellos era nueva, conversaron sobre su organización. "'Tamos cool. Ahora mismo queremos trabajar. Nos prometieron trabajo y estamos esperando. Friend, antes nosotros éramos drama día y noche". No obstante, admitieron que ya tienen más edad e hijos que mantener, por lo que "hablándote claro, tú sabes que uno sobrevive robando y haciendo vainas. Te metes en problemas por necesidad", explicó uno de los miembros de Chatéate.
ES UN CIRCULO VICIOSO...
Al conversar sobre qué futuro le ven a sus hijos, manifestó: "Pensamos que crezcan con otra mentalidad, pero la necesidad hace que uno caiga en vainas. ¡Tú sabe cómo, compa!". Entre sus fechorías expresaron el atraco a turistas y taxistas. Durante esta conversación, más de cuatro compartían el mismo pase de Crispi y hasta lo ofrecieron para probar. Ante el rechazo, argumentaron: "Amigo, eso es más fino que el pegón y cuesta diez dólares cada uno, pa' que sepas". Empero, otro integrante fue más drástico al comentar sobre el apoyo de las autoridades, puesto que dijo: "Nos tienen abandonados y tenemos en mente meterle un poco de tiro, porque en vida real, cuando él quería de nosotros nos buscaba en busitos y nosotros íbamos. Y fuimos a votar con revólver encima, pa' dale el voto y ahora nos da la espalda".
VENTA DE ARMAS LE LLEGA A SU AREA
A pocas cuadras, DIAaDIA ubicó a Los Demon Black, quienes gobiernan Calle 3, 4, 5 y Justo Arosemena. En la entrada del caserón 3025, ellos relataron que están en la banda desde los 9 años y confesaron que no pueden ir ni a la tienda, pues se forma la balacera. Prueba de ello es que cuatro sujetos compartían un mismo plato de comida e incluso comían con las manos. También destacaron que compran armas a colombianos, pero se las llevan hasta sus casas. "Una metra se consigue a cuatro mil 500. Todo ese dinero sale de la venta de drogas. Aquí las autoridades se aparecen solo cuando hay allanamientos", indicaron.
NO ENCUENTRA EL CAMINO...
Uno de estos jóvenes contó que entró a los 13 años y ya a sus 26 años está cansado de tirar balas. "Los primeros ya murieron y los pocos que quedan están presos, pero van nuevas generaciones a seguir con esta lucha". Esta entrevista fue interrumpida, pues los familiares se molestaron por estar dando información a la prensa. Posteriormente se conoció que esa reacción obedeció a que en un proceso de paz, la Unidad Antipandillas de la Policía en Colón, anteriormente los citó a todos para identificarlos, ellos aceptaron considerando que iban a recibir ayuda, pero casi todos quedaron presos, pese a su colaboración.
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