El gol de Allbaeck fue suficiente.
El Copenhague castigó la soberbia del Manchester y firmó una victoria con aires de gesta, que no complica en exceso la clasificación del equipo inglés, pero da vida a los daneses, que pueden aspirar a todo a falta de dos jornadas.
El Manchester contemporizó en exceso y nunca pareció preocupado porque el triunfo caería de su lado por su mayor calidad, pero se olvidó de jugar y pagó caro su exceso de confianza al final.
La primera parte fue anodina, marcada por el conformismo de ambos equipos, comprensible en el modesto Copenhague y no tanto en el Manchester, que pese a las bajas de Giggs y Saha y a que Alex Ferguson reservó a Ferdinand y Scholes, no demostró la diferencia de nivel.
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