Manuel Dolores Ábrego Asprilla, bombero que murió en cumplimiento de su deber cuando sofocaba un incendio en la Zona Libre de Colón, fue sepultado ayer en medio de mucho dolor.
Sus compañeros y familiares no podían ocultar el dolor de perder a un hombre del que sólo tendrán los recuerdos de un buen bombero, hijo, padre, hermano, tío, esposo y amigo.
Los camisas rojas lo velaron en el salón de la institución. Los bomberos recién graduados y de la guardia permanente custodiaron su féretro, que ese día, a pesar de estar libre, dio su vida por controlar el siniestro.
Nuria de Ábrego, su esposa, dijo que ese día él estaba con sus hijos, pero tuvo que salir cuando se destruyeron más de 12 bodegas por la falta de agua.
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