Tras la muerte de Rainiero III el pasado 6 de abril, a los 81 años, el sucesor directo al trono era su hijo Alberto II y ayer tomó posesión del trono. Así es, Alberto fue designado jefe de Estado en julio, tras pasar un periodo de luto de tres meses por la muerte de su padre, y después de tanto esperar, se ha convertido en rey absoluto de Mónaco.
El primer acto oficial de entronización fue la misa en la Catedral del Principado de Mónaco. La Catedral fue abarrotada por unas 900 personas, incluyendo dignatarios extranjeros, aunque no hubo reyes ni reinas entre la concurrencia.
Medios han informado que ningún miembro de la familia real española asistió a la ceremonia.
Éste es considerado el príncipe 'playboy' del pequeño país, logrando que la dinastía Grimaldi siga perpetuándose, pues ya lleva más de siete siglos a la cabeza de Mónaco.
Uno de los momentos más emotivos, fue cuando la guardia del palacio rindió homenaje a los estandartes de Rainiero III. Sólo con esfuerzo, pudo contener Alberto su emoción.
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