Paz para sus vidas. Aunque pareciera que por su edad, no reconoce sus errores, Yuritzel Morris, de 13 años, entendió que no era la mejor hija para sus padres.
Esta jovencita admitió que la rebeldía la hacía actuar de malas maneras hacia ellos y hasta sus amigos, tanto así, que ya no vivía tranquila. Por lo que decidió buscar alivio en el Espíritu Santo, alivio que encontró el sábado y ayer, al igual que más de 2,200 jóvenes de todas partes del país, en el XIV encuentro de "Explosión Juvenil".
La iglesia la Divina Misericordia, en Paitilla, fue el escenario para que jóvenes de Coclé, La Chorrera y Colón pidieran a gritos paz para sus comunidades. En sus desesperados llantos se notaba las ansias de tener a Dios en sus corazones.
Y es que, según la joven Carolina Marie, secretaria del comité organizador de este encuentro, el objetivo es lograr que los jóvenes encuentren una renovación espiritual y puedan sacar las cosas malas y empezar las buenas.
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