Así como apareció, desaparecerá. Las bravas aguas del Río Cabra se ensañaron por segunda vez contra los pobladores del pequeño asentamiento informal, en el Secor 8 de Llano de Jesús, en el Bajo de Cabra en Pacora.
No los sepultó de lodo ni piedra; pero sí sembró el terror entre los 72 residentes repartidos en 12 casas de zinc, madera y otras pocas de concreto, que el sábado pasado se vieron anegadas de agua por las fuertes lluvias.
"Aquí corremos peligro", eran las voces de moradores a quienes la esperanza les volvió a sus vidas, cuando recibieron la noticia de que todos serán sacados de allí; unos para una casa en Tanara y a otros se les daría lotes y materiales para el sector de El Naranjal.
Ana Berta Alonso es una de las fundadoras del lugar, pero los 9 niños que viven con ella la han hecho recapacitar y junto a sus vecinos está dispuesta a abandonar lo que fue su barrio.
Kathia Heron, gerente el Proyecto Residencial Tanara del MIVI, dijo de forma enfática que todos tendrán que salir y "no vamos a volver a dar una solución en esta área".
En 15 días ya desaparecerá lo que fue Llano de Jesús, demolerán las casas para evitar que otras personas las habiten, como ya ha pasado.
SALIDA
El viernes será el éxodo de las familias; el lugar será lo que era antes: áreas verdes a orillas del río.
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