Entre gritos, lamentos e insultos, residentes del Cucuy de Cerro Batea pedían justicia. (Foto: Josué Arosemena / EPASA)
Milagros Murillo F.
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Entre amarguras tuvieron que revivir el terrible momento. Aunque ninguno de los vecinos de Olga González Guevara pudo escuchar los gritos de auxilio el día que la asesinaron, ayer, en la reconstrucción de los hechos, llenos de ira y de tristeza, pedían a gritos justicia.
RECORDANDO
Casi rozando las 10 de la mañana, llegó cabizbajo y muy bien custodiado, Irving Alberto Phillips Stanziola, de 25 años, asesino confeso de la menor. La reconstrucción se realizó, basada en la versión de Phillips Stanziola.
En una esquina estaban sus padres y su pequeño hermano. Ellos veían a lo lejos a quien el pasado 8 de octubre le arrebató de ocho puñaladas la vida a Olguita, quien tenía 14 años.
SE PIDE JUSTICIA
Mientras que Daniel Henderson Mora, abogado querellante, pide la cooperación de la gente para que con sus oraciones, se logre que el jurado de conciencia haga justicia por la muerte de la jovencita. Geomara de Jones, Fiscal 2da. Superior, explicó que, aunque en reiteradas ocasiones Phillips aduce que estuvo bajo los efectos de la droga, "eso no es excluyente de su culpabilidad".
Además, al expediente de Phillips se le agregaron las denuncias de vecinos del área que aseguran que días antes estaba merodeando por el lugar y que incluso trató de atacar a varias de ellas.
CONFESO
Irving Phillips confesó que le quitó el cuchillo a la niña y le propinó varias puñaladas, pero que estaba drogado.