Aunque es un guerrero, tuvo que sufrir por las heridas. Michael Douglas aseguró que el tratamiento contra el cáncer que padece ha sido un "infierno", aunque su enfermedad le ha hecho descubrir "lo que es la familia".
El artista dijo ayer en "The Hollywood Reporter" que se suma a lo agresivo del tratamiento, la frustración de tener pegados en la puerta de su casa a los paparazzis, lo que le llevó a tomar la decisión de privarse de sus habituales paseos y encerrarse en casa para proteger su intimidad.
En los últimos meses, los tabloides han seguido los pasos del intérprete buscando instantáneas en las que se le pudiera ver debilitado por el cáncer y el tratamiento, y Douglas ha sido protagonista de portadas de publicaciones como National Enquirer, donde se ha llegado a decir que estaba al borde de la muerte.
"No leo ese tipo de cosas, digan lo que digan", comentó la actriz y esposa de Douglas, Catherine Zeta-Jones. "Lo que sí me afecta es el hecho de que Michael esté secuestrado en el apartamento. Pero ahora mismo él está en una curva ascendente", añadió Zeta-Jones.
CAMINO A LA RECUPERACION
El reportero que realizó la entrevista, Stephen Galloway, retrató a un Douglas con buen aspecto y "muy vivo", que estuvo animoso durante la hora y media que duró la conversación.
Los médicos del centro oncológico neoyorquino Sloan-Kettering le explicaron al actor que tenía un 80% de posibilidades de recuperarse del cáncer y en enero le someterán a nuevas pruebas para comprobar que el tumor ha sido eliminado por completo. ¡Qué bueno!
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