No tener para darle de comer a los hijos, es la situación más terrible por la que puede pasar un padre o una madre. Ésta es la triste realidad con la que vive Vielka Morán junto a sus 8 hijos, de los cuales 5 son menores de edad.
Al llegar a casa de Vielka, una yuca con sardina era el desayuno de la familia. Gracias a Dios había qué poner en los platos, porque a veces no hay nada. En el fogón hervían unas lentejas, que serían lo único que llenaría sus barrigas para el almuerzo.
Con voz entrecortada, esta angustiada madre narró las penurias por las que está pasando desde que su esposo falleció hace cuatro meses.
Según ella, hay días que no comen y esto la aflige tanto, al grado que sale adonde algunos vecinos y les pide ayuda. El más chico de sus hijos es Leonardo Enrique, quien tiene 4 años y no entiende la terrible situación por la que están pasando. Muchas veces, Luis, Natalie y Yelkis no pueden asistir a la escuela, porque no hay comida y ya Leonardo, de 16 años, que está en secundaria, ha tenido que dejar los estudios por falta de dinero para viajar a la escuela.
Para colmo, el terreno donde está la choza de Vielka, no es de su propiedad y el dueño ya le ha dicho que debe dejárselo libre: "Gracias a Dios, me ha dicho que él esperará hasta que yo consiga un lugar para vivir".
NECESIDADES APREMIANTES
Además de la casa, que es lo primordial para la familia, necesitan de todo: comida, ropa y zapatos para los niños, pues la única ayuda que reciben es de los vecinos.
Por otro lado, los pequeños, con sus caras sonrientes, propias de la inocencia de su edad, pidieron que el niño Jesús les llevara muchos juguetes y comida para esta Navidad.
TRABAJO
Vielka también tiene otros hijos mayores que están desempleados, uno es pulidor de piso, por lo que pide que si es posible les consigan trabajo.
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