Al estilo de los vendedores de la Ave. Central, a Tori Spelling nada más le faltó aplaudir.
Tori Spelling abrió las puertas de su casa, para poner a la venta ropa, muebles y joyas que atrajeron a cientos de compradores y curiosos por ver qué se llevaban de la heredera del mayor productor de la televisión estadounidense. La gente empezó a hacer fila a las 5: 30 para tener la oportunidad de adquirir los mejores objetos de Spelling. Eso sí, les hizo firmar formularios aceptando que serían filmados para su reality show.
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