Moza, he pensado por mucho tiempo si le escribía. Resulta que lo que le voy a contar es muy penoso y no sé qué hacer.
Cuando era una niña, a veces visitaba a mis tías, en una de esas visitas el esposo de una de ella me tocó. Eso nunca me gustó y desde ese entonces me aparté de ellos.
Nunca dije nada y hasta el día de hoy es mi gran secreto. Mi tía es una gran mujer y está casada con ese hombre hace 50 años.
Una vez lo vi en la calle, me saludó y me invitó a una casa que tienen en el interior, por supuesto que ni le hice caso.
Ahora que soy una mujer hecha y derecha lo he tenido que ver en varias ocasiones, lo saludo como si nada, pero el recuerdo me persigue.
Lo peor de todo es que cada vez que veo a mi tía tengo que acordarme de eso y me da mucha vergüenza.
Moza, hace poco lo vi y en el momento menos esperado se me acercó y después de saludarme me invitó a salir. Me sentí tan mal que lo ignoré y me aparté.
Las palabras de él me retumban la cabeza y no sé cómo sacármelo de encima.
Moza, estoy a punto de contarle a mi tía del acoso de su esposo. Dígame qué puedo hacer para que esto termine cuanto antes.
María Sofía.
Estimada lectora, no sé por qué esperaste tanto para actuar. Bueno, lo más sano es que no esperes que él se te insinues más, enfréntalo de una vez por todas y dile que si continúa con eso le dirás a tu tía lo que ha sucedido. No puedes seguir con ese temor.
Ya es hora de que te liberes y lo pongas en su lugar. Si ves que con eso no te deja en paz, no lo pienses más y cuéntaselo a tu tía, aunque ella sufra porque no es justo que vivas el resto de tu vida soportándolo.
Ahora, pon tu mente a pensar en otras cosas, que sé que eres una mujer muy tranquila y mereces ser feliz.
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