Pocas ganancias. Sentada en una silla, Ángela Morales, da las directrices a sus empleados en su negocio de tamales Tía María, ubicado en Carrasquilla.
En sus 40 años preparando tamales, Ángela nunca se había sentido tan desesperada al punto que por su mente ya pasa la idea de retirarse de la actividad a la que ha dedicado gran parte de su vida.
Los B/33.50 que le cuesta el saco de maíz, los B/2.50 del ajíe dulce, y hasta la hoja de bijao que incrementó su valor en más de 35 centésimos por docena, son las causas de que las ganancias de esta humilde panameña se vean reducidas.
Para sobrevivir y quedar bien con su clientela, Ángela ha optado en hacer menos tamales y se ha visto obligada a subir los precios de sus productos, pues no le queda de otra.
Después de tantos años haciendo tamales caseros, Ángela siente que ha llegado la hora de colgar los guantes, ya que todo sigue subiendo y dijo que lo que gana, si acaso le alcanza para pagar los B/700.00 de alquiler de su local.
Lastimosamente ella sabe que si cierra su negocio sus empleados se quedarán en la calle, pero si las cosas no mejoran, nada podrá hacer por evitar dejar la actividad que por muchos años le dejo grandes satisfacciones.
MERCADITO
En un recorrido por el Mercadito de Calidonia dejó entrever los altos precios que tienen los ingredientes para hacer tamales. Los ajíes dulces que le dan un toque especial al tamal se venden a B/2.50 la libra.
Ni hablar de las hojas de bijao, que el año pasado, para estas mismas fechas costaba 15 centésimos la docena, ahora se vende en 50 la misma cantidad.
Si el panameño común quiere degustar el delicioso tamal en estas fiestas tendrá que hacer un sacrificio adicional, pues el tamal se ha vuelto un plato bastante caro.
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