El pívot chino Yao Ming tuvo que esperar hasta el último momento para decidir si podía jugar con los Rockets de Houston el partido ante los Raptors de Toronto, después de sufrir una infección catarral que le generó fiebre.
Al final, Ming se sintió con fuerzas para jugar y se convirtió en la gran figura que dirigió a los Rockets para que consiguiesen la victoria por 91-79 frente a los Raptors, la segunda consecutiva. Ming logró 25 puntos, 11 rebotes, 3 asistencias y 2 tapones, para compensar las ocho pérdidas de balón que tuvo.
|