El agua potable que se consume en el distrito de Arraiján tiene un mal sabor, lo que ha provocado un aumento de casos de diarrea.
Este problema, aunado a la escasez del preciado líquido, ha sido motivo de quejas de los habitantes que demandan un servicio de mejor calidad.
Para Mario Solano, portavoz de los afectados, el agua tiene un sabor amargo, sabe a tierra, esto le afectó la salud. Se contagió de una diarrea de dos semanas, no le quedó más remedio que atenderse con el médico.
En los últimos meses, el agua sale con sabor a tierra desagradable y tras que la reciben a cierta hora de la noche es escasa. El vital líquido, realmente, no es de calidad; hasta cuándo el distrito tiene que sufrir un problema de nunca acabar.
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