Melania Santos es una mujer que, a pesar de las dificultades, sigue adelante para mantener a sus dos hijas. Ella plancha, lava, y hasta hace juegos de bingo para sacar a su familia adelante.
Para ella, la vida no ha sido nada fácil; tiene dos hijas enfermas y carece de una vivienda adecuada para vivir, pues la casa es de pencas y lonas, y lo más seguro es que no aguantará el próximo invierno.
Una de las hijas de Melania tiene Síndrome de Dawn, mientras que la otra sufre de constantes ataques epilépticos y no cuentan con recursos para los medicamentos, pues son muy caros y ellas solo consiguen para la alimentación diaria.
Estas mujeres, junto a otros hermanos necesitan ayuda urgente, pues han esperado que se les construya la casa con el Parvis por más de 15 años y nadie les cumple las promesas.
Para ellas, su vida en esta casa es terrible; en el invierno es una odisea, mientras que en el verano el calor es insoportable, y la fuerte brisa casi se lleva las pencas y la lona con que está construida.
Entre lágrimas, Melania Santos cuenta que ella ha luchado sola con sus hijos, pues su esposo los abandonó, ella tuvo que asumir la responsabilidad y no se arrepiente porque sus hijos son su inspiración para seguir luchando.
Esta mujer también vivía con su padre, un anciano que pasa de los 70 años, pero cuando salió beneficiado con este programa, otra hija del señor lo fue a buscar y se lo llevó de la casa, y Melania, una vez más, queda sola y sin ningún tipo de ayuda.
Esta humilde familia vive en Churuquita Chiquita, en el norte de Penonomé, en condiciones precarias, solo piden una casa digna y medicamentos.
María Sánchez, una de las hijas de Melania, quien sufre de epilepsia, pide al Ministro de Vivienda que les den la oportunidad de vivir en una casa digna, en donde no pasen trabajo en invierno y que no sea sofocante vivir allí en verano.
Al igual que Melania, cientos de familias en el norte de Penonomé enfrentan una dura situación económica, sin embargo este caso conmueve a sus vecinos, quienes aseguran que es urgente una casa para ella.
Abel Apolayo, es uno de estos vecinos de Melania, quien se solidariza con esta familia, porque estas menores enfermas no pueden vivir en estas condiciones.
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