Con la delegación panameña, viajaron cuatro perros entrenados para el rescate de personas vivas. Ellos son los labradores Diamante, Seus, Saba y Nerón, que pertenecen al grupo K-SAR.
Diamante es la mamá del resto de los caninos, ella fue traída de Costa Rica.
Según el tiempo de operatividad de estos perros es de 10 años, aunque hay unos que duran 12 años.
Estos perros se nutren con un alimento llamado Proplan que sirve para su alto rendimiento, además de ser el más económico, pues cada bolsa cuesta B/46.00 y se comen una libra diaria. También requieren de una vitamina para el equilibrio.
Antes de viajar a Haití, todos fueron examinados para comprobar su buena salud.
El valor de los perros se calcula mediante pruebas de certificación que se clasifican en A: una víctima rescatada; B: dos a tres víctimas rescatadas; y C: tres víctimas rescatadas en adelante.
En el caso de Diamante, ella es la única que ya había tenido experiencia fuera del país, pues fue llevada al terremoto de El Salvador, donde rescató tres personas, es por esto que está valorada en 25 mil dólares
Sin embargo, esta perrita ha hecho un gran trabajo en Haití, pues fue la que marcó a una señora de 70 años y a su hijo de 18, quienes fueron rescatados el sábado.
Para escoger a estos perros, el entrenador se fija en el más vivo y juguetón de la jauría, a los dos meses inicia el entrenamiento. Ellos son capacitados para buscar el "olor de la vida", que no es más que la adrenalina de una persona cuando está en situación de peligro. Una vez ubicada la persona, el animal ladra, gime o hace movimientos corporales.
Cuando el canino fallece, la Dirección de Catastro los valoriza y se los lleva para enterrarlos.
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