Juego suicida. Felipe Murillo, de 21 años, se quitó la vida cuando jugaba con un arma que, según sus familiares, se encontró cerca del apartamento donde vivía en calle 25 El Chorrillo.
El joven estaba acompañado de su hermana de 15 años y un amigo, cuando se dio la tragedia. Su cabeza recibió la única bala que tenía el arma. Él fue trasladado al Hospital Santo Tomás, donde falleció.
"Él estaba jugando, porque amaba la vida", dijo entre llantos Lineth, su madre.
En medio del dolor, la familia denunció que cuando los policías revisaban la casa para encontrar el arma, no los dejaban pasar, y en ese lapso desapareció el celular de Felipe, que estaba en un sillón. "Yo quiero que el señor Mirones, como jefe de la Policía, haga que el agente Santana me devuelva el celular", dijo desesperada la madre del joven, asegurando que lo que le interesa es sacar las fotos que su hijo tenía en el aparato.
Ella fue a la Policía y el agente negó la acusación, por lo que se le recomendó poner la denuncia en la Dirección de Responsabilidad Profesional.
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