Y es como buenos panameños, los miembros de la Selección Nacional de Fútbol Mayor no vacilaron ayer para decir la verdad, apenas pisaron tierras salvadoreñas: "¿Y dónde está la comida?"

No era criticable la posición de los jugadores panameños, porque a la hora que arribaron a El Salvador, 2: 45 p.m. (3: 45 p.m. hora de Panamá), el tiempo de almorzar, ya tenía rato de haber pasado.

Quizás ese apetito voraz de los panameños pudo producirse también por las dos horas de viaje, nada placentero, que tuvieron que vivir.

"El viaje estuvo más o menos, porque el avión se movía mucho en todo el trayecto, había turbulencia y no se podía dormir", dijo el volante panameño, Alberto Blanco, a su llegada al Hotel Radisson.

"GUIMA" OPTIMISTA
Luego de la comida, Guimaraes atendió a los medios de comunicación a la hora que había anunciado previamente.

"Guima" señaló que en los amistosos ensayaron dos modos de juegos, en lo que al ataque se refiere, "uno que era más elaborado con movimientos con y sin balón, y otro era un modelo más conocido por ellos (jugadores)".

Según el técnico se escogió a algunos jugadores con las características de medio campo hacia arriba, para que puedan interpretar cualquiera de los modelos.

Explicó que ha traído una mezcla de juventud con experiencia.

Alegó que Panamá va ser un equipo que intentará ser lo más ordenado posible, con un buen balance en tres líneas.

"Para nosotros es importante en este torneo, mostrar lo que queremos, lo que podemos creo que hasta las eliminatorias vamos a desarrollar ese trabajo, pero lo que queremos si es importante desde ya", comentó.