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  lunes 18 de febrero de 2008 enviar por email versión para imprimir

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De noche despierta el barrio
La policía se da una vueltita. (Foto: Jaime Cordero / EPASA)

Jesús Simmons | DIAaDIA

Llegó la noche en Brooklincito y Viejo Veranillo. Mientras unos duermen, para otros la fiesta en los callejones está por comenzar.

La tranquilidad de estos dos sectores "marginales" del corregimiento de Curundú se conjugaba con la música. Pese a la aparente calma, las rondas policiales se daban por las veredas y zaguanes, en medio de las apiñadas casas de madera, zinc y otras de concreto. Estos dos barrios son muy diferentes de día y de noche. Al ocultarse el sol el "movimiento" es diferente. DIAaDIA lo pudo constatar. Aunque estábamos de vuelta con Vianey, nuestra guía y residente del lugar, la gente de Brooklincito se asombró de ver extraños a horas nocturnas en el barrio. Pero rápidamente nos identificaron y solo se escuchaba decir, es el de DIAaDIA, puesto que habíamos estado allí en la tarde. Ya sabíamos que el barrio no era tan peligroso como se decía. A medida que avanzábamos aparecían los rostros que le dan vida al lugar. Un grupo estaba "parqueando" debajo del inmenso árbol y aprovechaba para tomarse unas pintas; mientras que los niños jugaban tranquilamente, a pesar de que ya eran más de las 11:00 p.m.

En una pequeña mesa se encontraba "Chencha", quien aceptó conversar, pero sin fotos. Contó que vende sus "saus" los fines de semana, que le ayuda a recoger unos cuantos reales para mantener su casa. El olor a pollo asado impregnaba el lugar, pero era hora de adentrarnos en el corazón del barrio, donde nos encontramos con unos muchachos que estaban "parqueando". Al vernos se pusieron nerviosos, luego, en medio de un "qué sopá", preguntaron ¿son del gobierno?. Seguimos nuestro camino, y en él un leve olor a pegón se dejaba sentir en el ambiente, que provenía de un grupo de jóvenes.

En medio de la oscuridad, nos encontramos al señor Florentino, quien estaba agachado aprovechando la poca agua que salía del grifo para fregar los platos. Es que en la noche es cuando recogen el vital líquido, pues escasea de día. Más adelante habían dos hombres jugando barajas. Uno de ellos en su lenguaje popular decía "to' 'tá cool".

De vuelta al sector de La Primavera, ahora en la oscuridad de la noche, la tranquilidad era evidente. Todos dormían y así terminó nuestro recorrido nocturno por Brooklincito. Ahora, nuestro norte era otro.

DE NOCHE EN VIEJO VERANILLO
Acá se respiraba un ambiente similar al de Brooklincito. Afuera de sus casas estaba la gente "refrescándose", hasta cerveza nos brindaron a lo que contestamos "no, gracias", estamos trabajando. La gente nos dijo que el barrio era muy bueno y tranquilo. Es tan bueno que aquí no tenemos que comprar equipo de sonido, porque el vecino tiene todas las plenas y como el volumen es muy alto no tenemos que preocuparnos.

JUEGOS DE DOMINO
Dentro de los estrechos zaguanes las personas se divierten jugando dominó y barajas, pero no es por amor al arte, ya que se juega por buena cantidad de dinero.

Eran las 1:27 a.m. y continuábamos recorriendo el barrio en busca de algo diferente. En eso, encontré a dos amigos de la infancia que no son del lugar. Según ellos, estaban "grubeando", porque consideran el lugar "pretty" y visitaban a unos amigos. Uno de los residentes dijo que el lugar es tranquilo, el problema es que no hay trabajo. Además que la gente los discrimina y los ve con malos ojos, todo por ser de Viejo Veranillo.

Este muchacho confiesa que desde los 15 años está en el juego. Hoy, con 21 años cumplidos, siente que este mundo de violencia y pandillas no le ha dejado nada bueno. Sin haber terminado la escuela sueña con que se le dé la oportunidad para dejar ese mundo.

LA IGLESIA
Más temprano, mientras unos parrandeaban y tomaban cervezas, un grupo de jóvenes se encontraba orando para que la paz se siga dando en el barrio. Dicen que antes no se podía caminar a ninguna hora, pero que gracias a Dios y a que muchos de los líderes de las dos bandas que operaban allí no existen, ya no hay mayor problema. Algunos están muertos y el que no, se encuentra en la cárcel, lo que ha traído la paz nuevamente.

Para el obispo Osvaldo González, de la iglesia Alfa y Omega, que se encuentra dentro del barrio, la función consiste en cambiar el corazón de los hombres y en Viejo Veranillo no es la excepción. Muchos de los jóvenes tienen el deseo de cambiar y sólo desean que se les brinde una oportunidad, destacó.

VIDA NOCTURNA
Después de haber caminado casi todo Brooklincito y Viejo Veranillo se comprobó que cuando la noche cae, ambos barrios sufren una metamorfosis, porque no se parecen en nada a lo que conocimos en el día.

SU NOMBRE
Al preguntar por qué el barrio se llamaba Viejo Veranillo se nos dijo que fue porque se sacó a varias personas y se les envió a San Miguelito, y se le puso al nuevo lugar Veranillo. Desde entonces, las personas lo comenzaron a llamar Viejo Veranillo.

 
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