A causa de ese hecho quedó casi como un vegetal por las fracturas que sufrió en la columna. Además, debe usar sondas y casi no puede hablar bien.

Aun así hizo lo posible para compartir sus terribles recuerdos con DIAaDIA. Contó que una noche que laboraba, en su oficio de recoger basura, un camión que transportaba pacas de cartones para reciclar colisionó con el vehículo del DIMAUD, en el que él viajaba y una de las pacas le cayó encima.

Sus compañeros trataron de ayudarlo, pero era tarde.

A causa del accidente fue pensionado con B/.100.00 mensuales, pero sólo le quedan B/. 23.00, porque el resto es la pensión alimenticia de sus dos hijos.

Pero como uno tiene 21 años y el otro 19 y no están estudiando, cree que no se la deben descontar porque esa plata la necesita para sufragar los gastos de alimentación y medicinas.

En la casa de su madre, en Las 500, San Miguelito, permanece acostado en su lecho maltrecho esperando que un alma caritativa lo pueda ayudar con una cama hospitalaria, una silla de ruedas y pañales desechables para adultos.

Su madre es la que lo atiende y sus hermanos lo ayudan en lo que pueden, porque no tienen trabajo estable. Sin embargo, Carlos, a sus 48 años, trata de ver la vida con alegría.