Su apoyo se desmorona. Aproximadamente 20 años, la pastora Blanca de Barría ha servido de ayuda para muchas familias en extrema pobreza y personas con discapacidad, a través del Comedor Social, pero desde un par de años esa luz del camino de muchas familias en Torrijos Carter, San Miguelito, se está apagando debido a que el lugar se está quedando sin nada.
Las pocas sillas en la que muchos niños comían durante las tardes después de salir del colegio están en mal estado al igual que las mesas.
EMPEZARON SIN NADA
La señora Maritza de Araúz, ayudante del comedor, quien una vez fue una de las beneficiadas, explicó que iniciaron de la nada.
"En Torrijos Carter había mucha necesidad, mucha juventud que rescatar, mucha pobreza", dijo la pastora Blanca, quien al ver esta situación decidió ayudar a esta gente necesitada.
Inicialmente recibieron un subsidio, pero ahora no tienen nada. A pesar de que la Pastora ha tocado puertas, las promesas de los últimos Gobiernos han quedado en el aire.
A través de tómbolas y actividades en la comunidad han logrado sobrevivir, pero las energías "se están acabando".
TRISTE REALIDAD
A parte de comida, este comedor también servía de puente para ayudar a varias familias con la recolección de otras necesidades especiales como sillas de rueda, pañales desechables, entre otros.
Una de estas historias de los beneficiados es la de Joel, de 28 años y quien reside en Altos del Lirio (El Colmenar). Fue a través de las visitas que hacía la pastora Blanca como conoció el Comedor Social.
Este joven nació con meningocele, enfermedad que produce una malformación en sus piernas, por lo que en vez de caminar casi se arrastra. A través del comedor, hace un año Joel consiguió una silla de ruedas y todos los meses recibía pañales desechables y comida para él. Su madre está enferma y la ayuda que recibía era un respiro, pero ahora no sabe qué hará, porque ya el comedor "no tiene de dónde".
Al igual que Joel está la pequeña Noemí Álvarez, quien sufre de una parálisis que la ha dejado sin poder moverse. Su madre Inocencia de Urrutia también era beneficiada con pañales y comida. Ella es madre soltera y a través de la pequeña fonda que tiene paga los otros gastos de la casa. Así como estos casos, existen otras familias, quienes veían en el Comedor Social un gran apoyo que se está "desmoronando".
MISION
La Pastora dijo que incluso ha ayudado a jóvenes pandilleros que delinquían para poder comer.
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