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  martes 20 de febrero de 2007 enviar por email versión para imprimir
  ETCETERA
Dele confianza

Larissa De León Gutiérrez | DIAaDIA

¿Cuántos padres no han oí­do a su hijo susurrar: ¡Mamá... papá, le tengo miedo al agua! y seguido se escuchan gritos, pataleos y un gran llanto cuando se sumergen en rí­os, playas o piscinas?

Pues, no se asombre, lo más probable es que su hijo sufra de alguna fobia al agua.

Según la psicóloga América Murillo, nadie le tiene miedo al agua, porque si fuera así­, las personas no se bañaran. Lo que sucede, señaló, es que sufren de un mal denominado: "fobia a aguas profundas".

La especialista dijo que lo primero que hay que recordar es que vivimos en un paí­s tropical, donde hay aproximadamente nueve meses de lluvia, y muchos jóvenes tienen contacto con experiencias traumáticas. Dentro de éstas se encuentran experiencias por ahogamiento o prácticas indirectas de observar a alguna persona u animal en esta situación. Esto provoca que muchos padres sobreprotejan a los más pequeños e, incluso, los asusten cuando les hablan del mar, rí­o, piscina, en fin.

Un dato curioso es que Murillo considera que la mayorí­a de los jóvenes que viven y se crí­an en el interior, están acostumbrados a nadar en los rí­os desde muy pequeños; pero que aquellos jóvenes que no han sido expuestos de una manera agradable, sufren temor por el resto de sus vidas.

Es más, acotó que los niños y jóvenes de áreas urbanas, debido a la falta de entrenamiento en natación y a la exageración de temor por parte de sus padres, les cuesta mucho más eliminar este tipo de traumas.

RECOMENDACIONES

  • La especialista afirmó que lo más recomendable son cursos de natación, que crean en los niños independencia y seguridad a la hora de estar en una playa, piscina o rí­os. Además, mencionó que como vivimos en un paí­s tropical lleno de rí­os, mar y lagos, lo mejor es entrenarlos a nadar.

  • Un punto importante es que los cursos deben ser impartidos por profesionales, para que puedan aprender sin traumas.

  • La familia juega un papel importante; por eso, deben llevar a los pequeños a rí­os, piscinas y playas con la supervisión, cuidado y confianza adecuada. De nada sirve llevarlos a estos lugares de diversión, si no saben nadar o enfrentarse a una ola u otras situaciones que puedan exponerlos y más tarde les va a dar miedo.

  • Explicó que hay que seleccionar muy bien a dónde los van a llevar, ya que en Panamá tenemos muchas playas en el área del Pací­fico, donde han robado arena y se forman unas olas muy altas, que resultan bastante traumáticas si los arrastra, creándoles temor al agua.

  • Los padres deben llevar a sus hijos a playas, piscinas y rí­os donde vean el fondo y, por supuesto, todo esté tranquilo. Además, que los mayores no estén asustados.

  • Por último, afirmó que aquellos niños que nunca han visto el rí­o, mar o piscina y les da miedo, es tan sólo porque es una experiencia nueva, por tratarse de lugares que no son tranquilos.

     
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